La segunda parashá que leeremos este Shabat, se encarga de establecer el inventario de todos los materiales utilizados en la creación del Tabernáculo.
No se deja de lado ningún detalle, se mencionan los orígenes de cada elemento utilizado y su cantidad, con el propósito de no dar lugar a que Äm Israel dude de la honestidad de Moshé, y de quienes se encargaron de la construcción de la Casa de Di´s.
Sin embargo, aún queda lugar para reflexionar en la iniciativa de este conteo, y en la manera de cómo figura en el texto de la Toráh.
“Estas son las cuentas del Tabernáculo…”
Explica el “Or HaJayim HaKadosh”, que el término Estas son, tiene el propósito de excluir a todas las demás cuentas que puedan existir en el mundo.
Ya que cualquier cosa que pueda el ser humano contar, dentro de sus adquisiciones materiales, no se considera tenerlos “en cuenta”, no tienen consistencia, ni existencia, pues no prevalecen. Pero este inventario – el del Tabernáculo – sí tiene existencia, y prevalecerá por la eternidad, ya que sobre esta construcción reposa la Presencia Divina.
Seguramente todos entendemos que si queremos continuidad, y ver los frutos de nuestro esfuerzo diario, es obligatorio invertir en empresas de mitzvot, sobre todo Toráh y tefilá, como lo ejemplificaba el Mishkán – tabernáculo.
¿Qué problema puede haber con contar objetos, o ganancias personales?
Aparentemente, cuando contamos, generamos en nosotros un sentimiento de pertenencia, un vínculo real con lo que se está contando. Sobre esto dice le pasuk: Esa cuenta no tiene propósito, es como contar aire, porque, en realidad, por más oro y plata, seda y piedras preciosas poseamos, en algún momento llegarán a su fin, y no nos llevaremos nada después de los 120.
En otras palabras, esa riqueza en realidad no es nuestra. Las tenemos ahora como garantía, hasta el momento que Di´s decida dársela a otra persona.
Lo único que sí es posible llevar a los mundos espirituales, son las mitzvot que tengamos el mérito de hacer, con la riqueza material que Di´s nos ha bendecido.
En esos momentos la materia inerte cobra vida… ¡Vida de verdad! Vida eterna. Ahora su existencia y valuación no dependen de circunstancias externas, ni de cotizaciones, pues fueron depositados en nuestra cuenta personal, en el Mundo Espiritual.
“La materia no se crea (a partir de La Creación) ni se destruye, solo se transforma” ¿Conocido? Y es verdad; nosotros tenemos la capacidad y la fuerza de decidir en qué transformar esa materia. Podemos transformarla en más materia, tal vez más sofisticada y moderna. No obstante, en algún momento también ésta se degradará, y terminará convirtiéndose en algo que – finalmente – también se dejará de existir.
Esta parashá nos revela de qué manera podemos conservar todas nuestras pertenencias, no solamente en este mundo, sino, también, en el mundo por venir:
¡Invierte en algo donde la Presencia Divina pueda habitar! Todo lo que consigas contar será cien por ciento para ti, disfrutarás sus ganancias en este mundo, y el capital se incrementará en el mundo venidero.
¿Y qué será de todo aquello que disfruto hacer, no siempre en el marco de Toráh, Tefilá y buenas acciones? ¿De qué manera se pueden convertir todos esos fondos – dinero y tiempo – en verdadera inversión, evitando que desaparezcan en el abismo de lo superficial y fugaz? -Este es el secreto: ¡Todo depende de la intención! ¡Dándole a todo lo que tenemos y hacemos un sentido espiritual! Pues en ese momento toda actividad y toda posesión material, se llenará de la Presencia de Di´s, esencial para transformar lo efímero y momentáneo en eternidad.
Cuando llevemos a la práctica esta idea, no solamente habremos aprovechado al máximo nuestros recursos, sino, además, experimentaremos un sentimiento de saciedad y plenitud duraderos ¡Suerte!
Shabat Shalom
Yair Ben Yehuda
como puedo yo no siendo judio saber mas de esta religion (quiero acercarme a dios pero en la manera correcta tengo demasiadas dudas de las religiones y para ser sincero eh leido un poco de los judios y me es mas grato ell modo de conversacion y estudio de religion.
agradesco el espacio para comentar.