“Entonces Yaacov hizo un voto diciendo: Si Di´s permaneciera conmigo, me protegiera por este camino que ando y me diera pan para comer y ropa para vestir; y vuelvo en paz a la casa de mi padre, entonces el Eterno será Di´s (Elokim) para mí”
Yaacov acaba de “despertar” de un sueño, y apenas consigue entender que ese lugar, donde pasó la noche, es La Casa del Eterno y el Portón de los Cielos. Y efectivamente, señala ese sitio por medio de una roca, coronándolo así como un lugar sagrado, digno de temer.
Lo primero que se le ocurre hacer es un trato con Di´s. Si El Eterno le satisficiere sus necesidades físicas y le proporcionare seguridad, consecuentemente, El Creador será su Di´s.
Esta actitud aparentemente es incomprensible ¿Cabe pensar que Yaacov Avinu hace el servicio a Di´s, por interés?
Explica Rabí Shimshon Hirsch, ZT”L:
“Este es uno de los ideales – de nuestra nación – que se vio materializado desde ese momento, y ciertamente la redención final pondrá sus miras en él.
Cuando Di´s cuida y bendice al hombre en su lucha por la vida, se demuestra a él por medio de la cualidad de piedad y misericordia ¡Quién no quisiera construir un vínculo así con el Todopoderoso!
Sin embargo Yaacov, el pilar de las doce Tribus de Israel, no pide relacionarse de esta manera con Di´s. El dijo lo siguiente: El Eterno ha vertido ya sobre mí Su bondad y Su bendición; Él será para mí a partir de ahora, Elokim. Es decir, no solamente me he de relacionar con Di´s, como Aquel que concede favores de manera altruista y desinteresada, sino también consolidaré mi relación con Él, como Aquel que exige que Su voluntad sea cumplida, al mismo tiempo que vuelca Su infinita bondad hacia Su pueblo.
Justamente por medio de esta actitud, es que se podrá acercar la llegada del Meshiaj; pues así está escrito, sobre los hijos de Yaacov, al ser retornados de su largo exilio: “Los redimiré a ustedes, al final como al principio, y seré para ustedes Elokím”
La idea que nos transmite Rabí Shimshon, nos da pié para reubicarnos en el plano cotidiano, y ajustar nuestras miras en la dirección correcta.
En realidad, si observamos con detenimiento las palabras de Yaacov, él no pide más de lo mínimo necesario para subsistir. Ropa, comida; nada de manjares, sólo pan, y protección.
Yaäcov recibe sobre si el yugo de cumplir La Voluntad de Di´s, a cambio de lo mínimo para vivir.
Pues no le bastó retribuir estas concesiones, por medio de venir de vez en cuando al Beth HaKneset y recitar Tehilim (que es algo muy bueno) sino, se comprometió al 100%, para hacer solamente Su voluntad.
Sin lugar a dudas gozamos de salud, bienestar, comida en abundancia, ropa (más de la indispensable), etc. Elementos suficientes (hasta sobran) para tomar la actitud de Yaacov, y aceptar nuestras responsabilidades de forma cabal.
Acostumbramos ir hacia un auténtico Jajám, a pedirle berajá, sobre cualquier aspecto de nuestro día a día.
¿Por qué justamente a él? ¿Qué tiene, que no tengamos nosotros?
Estamos obligados a responder que su nivel espiritual, sus conocimientos de Toráh, y su lucha por rectificar sus cualidades, le han concedido una cercanía única al Todopoderoso. Por esa razón sus peticiones son escuchadas más fácilmente que las nuestras. Yaacov nos revela que nosotros también podemos tener acceso a esos niveles, cualquiera que sea nuestra ocupación.
¿Queremos abundancia, salud, bienestar, etc.? Aprendamos esta regla: “No hay bendición, que no esté ligada a un compromiso”
Di´s dice: ¿Quieres algo de Mí? Yo también quiero algo de ti, y ese algo en sí mismo, es para tu propio bien ¡No me decepciones!
Shabat Shalom