“Y su mano sujeta el talón de Ësav”
El patriarca, cuya enseñanza es más relevante para nosotros, aquel con quien más nos podemos identificar, sobre todo en estos tiempos, sin duda es Yaacov Avinu. No por nada es llamado “el predilecto de los patriarcas”, pues su simiente no presentó defecto alguno (Abraham engendró a Ishmaël, e Itzjak a Ësav).
Nace junto con Ësav, su hermano gemelo, sujetándolo de la parte baja del pié ¿Qué relevancia puede tener este hecho? En nuestros días podría haber aparecido como una de tantas curiosidades médicas.
El Kelí Yakar explica lo siguiente.
“La mano de Yaacov sujetando el talón de Ësav nos indica que el gobierno y el control verdaderos, no los conseguirá Yaäcov en los primeros días de su vida, sino al final cuando esté entrado en años. Como así lo muestra el talón, la parte baja del pié, pues ella nos indica el límite final del cuerpo humano. De la misma manera cada uno logrará alcanzar su perfección espiritual únicamente cuando se encuentre cercano al final de sus días. Como dice Shelomó HaMelej en Kohelet: “En el final, todo se escucha” Es decir, quien haya logrado adquirir sabiduría a lo largo de su vida, ésta aumentará y se expandirá al final de sus días, ya que está habituado a escuchar espiritualidad, y en aquellos tiempos, cuando sus bajos instintos no lo molesten más, su poder “auditivo” se fortalecerá y, por consiguiente, su sabiduría también.”
Sin embargo el tema no termina aquí pues naturalmente nos gustaría saber de qué manera se hace semejante inversión a largo plazo, de modo que nos encontremos en un constante crecimiento espiritual en el transcurso de nuestra vida. Es verdad, lo primero que nos viene a la mente, y con razón, es no cesar en el estudio de Toráh, fijar horarios al día, y aprovechar esos momentos libres. No obstante, tal vez haya algún otro secreto, oculto en la escena de Yaacov sujetando el talón de Ësav.
Continúa el Kelí Yakar.
“Esa es la señal de que en un futuro Ësav despreciará su primogenitura, como alguien que pisa con el talón algo falto de valor para él, y lo repudia. De eso mismo Yaacov se aferrará.
De la misma manera en lo referente a aquellas mitzvot “sencillas” que la mayoría de la gente no les da valor, Yaacov se tomará de ellas y las cumplirá.”
Cuando se habla sobre nuestro proyecto de vida, en el cual las oportunidades aparecen y a veces no vuelven más, es imperativo conocer las tácticas de la buena inversión.
En este ejemplo Yaacov nos enseña una novedad, nos dice: Si quieren de verdad llenar cada día y día de su vida, y al final poder hacer trascender todo ese cargamento, concéntrense, no en grandes propósitos, sino en pequeñas aspiraciones, diarias y comunes. Aquellas que pasan desapercibidas por la mayoría de la gente, a veces incluso por quienes no se separan del estudio de la Toráh.
En muchas ocasiones es posible convertir un simple despertar en todo un suceso, depende de cuáles sean nuestras primeras palabras e intenciones al abrir los ojos. Es posible considerar a ese nuevo día como una oportunidad más para darle sentido a nuestra vida, en un medio más para redescubrir nuestra elevado fin en este mundo, etc. O en otra fastidiosa rutina diaria, en “otra vez la misma historia”, o en la diaria batalla familiar. Nosotros decidimos.
Quien deseé tener control absoluto de su vida, en el presente y futuro, tiene que saber que justamente el secreto está en lo desapercibido, en lo habitual ¿Por qué?
Por dos principales razones.
Primeramente, porque justamente con esas mitzvot, las cuales se repiten día tras día es que será posible entrenarnos y habituarnos a un correcto enfoque en nuestra relación con Di´s, pues así constantemente lo podremos “contemplar”, incluso en las situaciones más triviales.
En segundo lugar, esas serán las mitzvot que mejor intencionadas se cumplan. Pues casi nadie pone atención en ellas, solo Di´s y nosotros, así eliminamos cualquier factor ajeno, por ejemplo, la búsqueda de categoría y el honor.
Aun cuando veamos que nuestra situación no es favorable frente a las demás naciones, debemos saber que en nuestras manos está la fuerza para vencer cualquier reto gracias a esas mitzvot “pequeñas e insignificantes”, que al considerarlas, cumpliéndolas con la misma seriedad y entrega que cuando ayunamos en Yom Kipur, entonces tendremos control sobre nuestras situaciones difíciles y aun más, sobre nosotros mismos.
Shabat Shalom